Frases de niños (Lo que aprendo de Sara, VI)

Huevos-polloSoy partidaria de hablar siempre con claridad a los niños y no mentirles. Eso sí, adaptando los temas a su edad e intentando no traumatizarlos (no sé, si les hablas de la muerte, por ejemplo, no hace falta que les expliques que todos acabamos llenos de gusanos, como los cadáveres de Bones o de CSI). Sin embargo, tanta sinceridad a veces me pone en auténticos aprietos.

Por ejemplo, mi hija sabe que todo el mundo acaba muriendo. Que es algo que forma parte de la vida y que normalmente pasa a la gente que ya es muy mayor. Pues el otro día, con sus 6 añitos, me dice: «Mamá, yo no quiero morirme nunca, me da escalofríos pensar en la muerte». Le expliqué que para eso falta mucho tiempo, y que no es algo en lo que haya que estar pensando de continuo. Por suerte, en seguida pasó a otro tema y no le he notado el más mínimo signo de tristeza o miedo. Es tan feliz como siempre. Pero sí, tenían razón cuando me decían en la guardería que ya era evidente que era una niña muy reflexiva…

El otro día, no sé cómo, acabamos hablando de los huevos de galina. Ella me decía que qué pena comérselos porque impedías que naciese un pollito. Le expliqué que no es así, que los huevos que comemos no están fecundados, que nunca ha habido posibilidad de que de ahí saliera un pollito. Que son como los huevos («diferentes, más pequeños») que tenemos las mujeres, y que sólo si el papá y la mamá han hecho el amor (menos mal que ahí no me pidió detalles…) cuando el huevo estaba listo, nace un bebé, como pasó con ella. Pero que no es fácil, que pasa pocas veces. Y ahí me dice: «Qué interesante… Entonces, yo estuve a punto de desaparecer, ¿verdad?» A partir de ahora, me voy a limitar a comenta con ella los capítulos de Bob Esponja…

Frases y otras cosas de niños: Lo que aprendo de Sara III

Minientrada

Creatividad: A sus 5 años, Sara ya utiliza su pizarra para diseñar ropa y complementos. Ayer me propuso un diseño alternativo para el bolso que le regalaremos a su abuela. Lo quería lila con el asa rosa y «por supuesto», me dijo, con brillantes (no tenían que ser auténticos, pero sí brillar mucho, por lo que deduje). No quise desilusionarla, pero su abuela es un pelín discreta para que le cuadre el ‘estilo purpurina’.

Solidaridad y negocio: He descubierto que Sara es toda una emprendedora social. Lo que pasa es que tiene muy bien resuelto el tema de utilidad social, pero le falla la estructura de negocio. Tendré que buscarle un business analyst. Dice que va a crear una tienda para personas pobres. No les cobrará nada por los productos que se lleven y, con cada ‘compra’, les dará dinero. Me parece que no vamos a ser una ONG financieramente sostenible. Pero tampoco he querido desilusionarla en este tema.

Seguiré dando noticias de sus proyectos ; – )