En fila india

playaOtro microrrelato veraniego. ¡Va por ustedes! ; ) «Un, dos, tres, un, dos… ¡Deteneos!» Y los cinco frenábamos en seco frente a las rayas blancas. Justo el tiempo suficiente para notar cómo ardía el asfalto bajo las sandalias. El resto de veraneantes nos miraba con guasa, pero mamá mantenía todas las vacaciones aquella férrea disciplina. Decía que no tenía otra forma de mantenernos a salvo al cruzar la calle, que le faltaban manos con cinco hijos y nuestro padre de Rodríguez en la ciudad. Sólo aflojaba en la playa. Quizás porque todos aprendimos a nadar pronto y bien, buscando conquistar en el mar la libertad que se nos negaba en tierra.

Fueron veranos de apreturas económicas; de mucho cariño pero pocas concesiones y de montones de peleas entre hermanos. Pero también de juegos y complicidades que cristalizaron en recuerdos que me han acompañado siempre. A veces, cuando cruzamos aquel mismo paso de peatones, mi hijo recita el “un, dos, tres, un, dos…”, recordando la anécdota que le he contado mil veces. Y lo hace mientras, obediente, coge mi mano. Que no tiene con quien disputarse.

Carmen Becerra, agosto de 2013.

Motivo de vergüenza

Este microcuento lo escribí en 2007, cuando vivíamos en la inopia respecto a algunas cosas, digamos ‘feas’ -por ser suaves- que hoy llenan diarios. Ahora me suena premonitorio…

 

ventilador

VERGÜENZA

– Te llevaré un ventilador.

– Gracias, darling. Aquí hace un calor sofocante.

– ¿Puedo hacer algo más por ti, querida?

– Guardarme los recortes de prensa. Llevo un álbum desde joven con todas mis apariciones: fiestas, bodas, divorcios… You know, darling.

– Claro. Pero, ¿estás segura que los querrás leer? Dicen cosas horribles de ti.

– ¿Por haber enviado unos ahorrillos a Suiza? ¡Si lo hace todo el mundo!

– ¿Necesitas algo más?

– Sí, pide que incluyan a mi estilista en un vis a vis. Una cosa es pasar por este calvario y otra aparecer en las revistas con pinta de presidiaria. No soportaría la vergüenza…

Día Internacional contra la Violencia de Género

Lazo contra la violencia de géneroEn unas horas será 25N, que no és únicamente el día de las elecciones en Cataluña, sino también el Día Internacional contra la Violencia de Género. Sigo sin entender esta lacra, como la mayoría de mujeres, y hombres, de este país. Pero como por desgracia sigue ocurriendo, hay va un pequeño relato dedicada a las mujeres que están pasando o han pasado por ello:

RES EXTRAORDINARI

Mira estranya’t com una llàgrima comença a baixar per la meva galta.

– Per què plores –em pregunta.

– Pel que has dit –barbotejo.

– T’he dit seu, treu-te les sabates i mira alguna cosa a la televisió mentre preparo el sopar; no em sembla res extraordinari.

He recordat una discussió amb el meu ex, que m’escridassà per voler veure una sèrie que m’agradava. Bé, aquella va ser una de tantes excuses per iniciar el ritual de sempre. “No fas res en tot el dia, no vals ni el menjar que et prens, i a sobre he d’aguantar veure aquesta merda a la tele!”. Així va començar aquella vegada, una de tantes nits en què aquell home, que una vegada vaig pensar que m’estimava, va actuar sentint-se amo de la casa i de mi mateixa.

Abraço amb força la meva actual parella i li responc:

– Tens raó, no és res extraordinari.