Sí, ellos mismos se definen como tal con sus acciones: los hombres (una parte de ellos, al menos). Cuando ocurren cosas como los magreos a chicas (unas más borrachas, otras menos, unas que se han subido la camiseta solas, otras con las que ese primer paso lo han dado los chavales que las aupaban… de todo habrá) en los Sanfermines de Pamplona, la Red se inunda de comentarios tipo (los he leído) «venga ya! no tiene cara de estar pasándolo mal precisamente», «quien se mete ahí ya sabe a lo que se arriesga», «con un montón de hombres bebidos no esperarán que se comporten como caballeros», etc.
Me ha recordado a la explicación que me dio un guía egipcio de religión musulmana sobre por qué las mujeres y los hombres oraban por separado en las mezquitas. Era más o menos lo que sigue (aclaro antes que el guía había estudiado, vivía a caballo entre su país y España…; es decir, que no era un integrista que viviese aislado en un pueblo recóndito): «Rezamos postrados en el suelo; imagina que tuviésemos delante a un montón de mujeres en esa misma posición; sería demasiado tentador». Ah, o sea, como hay hombres que no han sido capaces de evolucionar lo suficiente para dominar sus instintos y respetar a las mujeres que no quieren tener sexo con ellos, se las relega, se las considera pecaminosas y peligrosas y todos tan contentos.
A lo mismo me han sonado los argumentos sobre los sucesos grabados estos días en nuestra fiesta más internacional y conocida. «Como algunos de nosotros cuando bebemos no sabemos comportarnos, no vengáis a la fiesta; si lo hacéis, no se os ocurra beber; y nada de enseñarnos el sujetador o un pecho, porque eso nos da bula para tocaros ese pecho (y ya de paso el culo y todo lo que esté al alcance de nuestras manos)». ¿No hay límites? ¿El estar bebido y de fiesta te da derecho a extralimitarte? ¿Incluso aunque la chica intente evitar (harto difícil) que la cosa vaya a más? ¿O que sea obvio que no está en condiciones de pararlo? Así que si ella bebe, se lo ha buscado, por imprudente, por boba. Y si él bebe, hay que disculparlo. Lo dicho, si es que son como niños…